+
Manchabas con sangre la pared,
tirando tinta roja, te gustaba creer
que tus manos cortaban la carne.
Llorabas toda la noche,
las lágrimas, cada gota.
Tu carne su cortaba con sutileza,
y desvelabas la sangre más pura.
No dejabas de maltratarte,
decías que lo harías cuando dejasen
de maltratar tu alma.
Sentías lástima por ti mismo,
sé que no querías admitirlo.
Ensuciaste cada palabra,
no podías diferenciar la realidad,
pensaste dos veces las cosas.
Pero nada cambió...
Con tal desesperación, sentía que te perdía,
que a él le diste más importancia
de la que merecía.
Él nos mató a los dos, al perderte
me quedé como muerto en vida.
No le importó a él...
¿por qué a ti sí?
No pensarías más nada, sólo querías correr...
Que todas tus heridas se infectaron,
lo merecías por fracasado.
Pero yo te curé,
y en tus ojos pude percibir
esperanza todavía.
Tenías agujas, jeringas, llenabas
la tina al tope, habían navajas
que usabas por vanidad.
Quería utilizar medecación o
te quería envenenar, traté
de comprenderte.
Marcaste de por vida tu cuerpo,
no es gracioso, en realidad,
tendrás por siempre un recuerdo
de lo bastardo que eres.
Jamás le mentiste, tal vez eras
muy duro, y además, lo heriste,
pero errar era de humanos, decías,
y aceptabas escuchar.
Que le diste todo y confiaste, creíste,
soñaste, perdonaste y amaste.
¿entonces cuál fue la razón?
Quería que todo fuera bueno para si mismo,
¿pero qué hay de ti?
¿no te lo preguntaste? Y mírate ahora,
¡Todo está como jamás creíste!
¡Debías abrir los ojos!
¿es que no te das cuenta del dolor que hay al rededor?
Tenías que ocultar tus heridas,
y tus armas, que eso es lo que son,
pues causaron dolor.
Matabas a quienes te amaban,
con unas cuantas artimañas,
te escapabas de la realidad.
Creaste un mundo,
vaya que lo odié.
La calma y los placeres que
obtenías ahí eran falsedad.
Tu sonrisa sólo era una
sombra de humillación,
y pocas veces más te vi sin llorar.
¿cómo se llamaba él?
Fingí que no existía,
tal vez así tu pesar se borraría.
Traté de ayudarte y
en cambio abrí más tus heridas,
ayudarte era algo tan lejano.
Las heridas, la hinchazón,
sangre y lágrimas,
mejores amigas se hicieron.
Lloré, lloré por ti.
Me dio gusto verte sonreír,
por lo menos una vez,
pero de inmediato cambiaste mi alegría,
por unos cuantos litros de sangre..
Que duro fue verte sin cabeza sobre la bañera,
con los brazos partidos y el corazón roto.
Tu dolor fue incomprendido, además,
ojalá hubiese podido cargar con él antes que tú.
Y que a tu funeral nadie asistió,
me enfurecí,
parecía que nada había ocurrido...
A él lo volví a ver, tiempo después,
pero su cara, cada vez más deforme estaba,
y yo creí en nuevas formas de justicia.
Años más tarde, perdí toda pista de él,
el mundo tan cruel que te pisoteó era gris,
y yo, lloré por ti.
![]() |
Era un mundo en el que fuimos parte del "Todo". |
+
No hay comentarios:
Publicar un comentario