
. . .
De que aquella persona de, si se me permite decirlo, tan alta clase, pudiese tan sólo volverme la mirada.Se peguntaba día a día sin encontrar una mejor repuesta a todos sus males... Podría decirse.
Sus manos eran tan suaves y tan delicadas.
Su piel, era tan pálida, que a veces me recordaba a la nieve que se presenta en este mundo en ciertas épocas del año.Y su dulce sonrisa parecía un misterio envuelto en pétalos de rosa.
La rosa.
Pero siempre su pesar, fue una insulsa ilusión...
Cada vez más~
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